Una destacada presentación tuvo Alexander Linford miembro del directorio de la Fundación y Director del Observatorio Constitucional del grupo UA-RECHI de la Universidad Autónoma de Chile, donde se refirió a las personas mayores, demencias y el derecho al cuidado en el Foro Mundial de los Derechos Humanos en Argentina.
Linford hizo hincapié en el género femenino mayormente afectado por la enfermedad de Alzheimer y también se refirió a los “pacientes ocultos”, donde se cuentan los cuidadores, que por su labor tienen una mayor predisposición a desarrollar algún tipo de demencia derivada de consecuencias físicas y psicológicas, y que lamentablemente también pertenecen al mismo género.
“Más que números, estamos frente a una vejez mayormente femenina que trae como consecuencia la necesidad de aplicar una mirada de género en los programas de tratamiento, protección y cuidados. Necesario es visibilizar esta realidad, sumado a la mirada de vejez propia del último estadio de la vida, deben ser guía del desarrollo de políticas públicas las que, enfocadas mediante el conocimiento de los receptores, garantizan la eficiencia y eficacia de la implementación de los programas y del gasto que ellos conllevan”, expuso Linford en el vecino país.
Durante el año 1960 solamente un 4,97% de la población mundial era mayor de 65 años, de acuerdo con el Banco Mundial, número que prácticamente se duplicó para el año 2021 dentro del cual el 9,54% eran personas mayores. Estas cifras, para el año 2050, se espera que sigan aumentando y lleguen a 16% según estadísticas de Naciones Unidas.
El incremento sostenido de la población mayor tiene un marcado aspecto femenino, debido a que los hombres tienen una expectativa de 69.8 años y las mujeres de 74.9 años de vida a nivel mundial. El 69.6% de los pacientes diagnosticados con Alzheimer también son mujeres, lo que trae aparejada también una realidad sociológica y jurídica que es necesario considerar.
Los cuidadores, también denominados “pacientes ocultos” han aumentado considerablemente debido al incremento sostenido del número de personas mayores en situaciones de dependencia, asumiendo generalmente el papel de cuidador un miembro de la familia, quien es llamado cuidador informar o familiar y que conforman alrededor del 80% del total de los cuidadores, dejando solamente un 20% a aquellas instituciones de cuidado establecidas, o formales.
Como conclusión, podemos señalar que la vejez, las demencias y el cuidado tienen un claro aspecto feminizado, el cual demanda miradas de género para su tratamiento, desarrollo y protección, lo que, sumado a la mirada de vejez propia del último estadio de la vida, deben ser guía del desarrollo de políticas públicas, las que, enfocadas mediante el conocimiento de los receptores, garantizan la eficiencia y eficacia de la implementación de los programas y del gasto que ellos conllevan.